¿Te imaginas un cheesecake de frutos rojos suave, cremoso y con una salsa fresca hecha en casa? Hoy te enseño cómo prepararlo desde cero para que impresiones a todos.
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Ingredientes para cheesecake de frutos rojos
- 150 g de galletas de vainilla
- 60 g de mantequilla derretida
- Papel encerado
- 800 g de queso crema
- 150 g de azúcar
- 2 huevos
- 1 cdta de esencia de vainilla
- 1 cdta de ralladura de limón
- 1/2 jugo de limón
- 200 mL de crema de leche
- 2 cdas de fécula de maíz
- 200 g de fresas
- 200 g de arándanos
- 120 g de azúcar
- 1/2 jugo de limón
Pasos para hacer cheesecake de frutos rojos
Comenzamos triturando las galletas hasta que queden como arena fina. Les añadimos mantequilla derretida y mezclamos bien. En el molde, colocamos papel encerado, vertemos la mezcla y la aplastamos con firmeza. Esto será nuestra base. Llevamos a refrigerar mientras hacemos el relleno.
En un recipiente grande, ponemos queso crema y azúcar, y batimos hasta lograr una mezcla suave. Agregamos los huevos, la esencia de vainilla, la ralladura y el jugo de limón. Batimos nuevamente hasta integrar todo. Luego sumamos la crema de leche y finalmente la fécula de maíz, asegurándonos de que no queden grumos.
Ahora te pregunto: ¿alguna vez has probado una combinación de limón y frutos rojos en un cheesecake? Déjame tu comentario para saberlo.
Antes de seguir, un paso muy importante: lavar y desinfectar las frutas. Para eso, uso Bicarbonato Casero Sello Azul, que limpia y desinfecta de forma segura, dejando las fresas y frambuesas perfectas para usar en tu receta.
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos a 150ºC por unos 45 minutos, o hasta que el centro esté firme. Mientras, retiramos los tallos de las fresas y las cortamos. En una sartén, colocamos fresas y frambuesas con azúcar y jugo de limón. Cocinamos a fuego medio hasta que la fruta libere sus jugos y se forme una salsa espesa y brillante.
Cuando el cheesecake salga del horno, lo dejamos enfriar antes de desmoldar. Luego lo cubrimos con la salsa de frutos rojos aún tibia o ya fría, según prefieras. Este contraste entre lo cremoso del pastel y la frescura ácida de la fruta es lo que lo hace irresistible.
Si lo preparas un día antes y lo dejas en refrigeración toda la noche, el sabor y la textura mejoran aún más.
Y ahí lo tienes, un cheesecake digno de vitrina de pastelería, hecho en tu cocina.